A finales del siglo XVIII, Anton Weidinger (1767-1852), trompetista en la corte de Viena, perfeccionó una "trompeta clave" que permitía ejecutar cromatismos con la trompeta, es decir, cruzar la octava en pasos de semitono. Así, en 1796, Joseph Haydn compuso específicamente para Weidinger el concierto para trompeta en mi bemol mayor Hob. 7mo: 1 que cuenta hoy entre las principales obras del repertorio de conciertos de este instrumento. Los contemporáneos describieron el timbre de esta trompeta clave como suave y delicado. Quizás esta es la razón por la cual, en este concierto, Haydn puso más énfasis en el lirismo de los temas que en el brillo de los sonidos. Y esta es la razón por la cual la trompeta en si bemol o posiblemente la trompeta son una mejor opción que una trompeta en mi bemol mayor para las presentaciones actuales. El puntaje de esta edición se basa en el de la edición completa de las obras de Haydn también publicada por las ediciones de G. Henle.
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