La canción tierna y nostálgica del comienzo aparece en una atmósfera profundamente pacífica y luminosa. Este tema único y omnipresente en el trabajo, llevado por cálidas armonías, continúa elevándose, desesperado, hasta alcanzar un clímax conmovedor.
Las puertas de una música celestial se abren entonces, los instrumentos permanecen suspendidos en el registro agudo, mientras que un violín (o el piano en la reducción actual), Angel comforter, se introduce en el discurso.
La canción es entonces tensa y evoluciona en una atmósfera trágica y negra. Los tempi se aceleran, la trompeta cobra vida nerviosa hasta que la canción, reventada y victoriosa, se expresa en largos valores. La Canción del Alma se reduce a un simple toque, evocando una trompeta marina, y abandona a la orquesta la declaración final del tema.
El trabajo termina en un clima de felicidad que contrasta con la atmósfera previa para disipar sentimientos y elementos musicales.
Duración: 6 minutos 30