Los Gnawa están presentes en todas las principales ciudades de Marruecos (Oujda, Tánger, Casablanca, Fez, Meknes, Rabat, Marrakech, Essaouira, Agadir, etc.). Músicos, feligreses y fieles se reúnen en un ritual nocturno llamado lila (literalmente "una noche") que celebra tanto a Dios como a su profeta Mahoma, África subsahariana y muchas entidades invisibles divididas en siete familias. La música, la danza y el trance son omnipresentes en esta celebración.
Este libro analiza la identidad de los Gnawa, sus representaciones, sus instrumentos rituales, sus interpretaciones, su música, los textos cantados, sus bailes y sus trances. Su percepción por parte de la sociedad marroquí, su "panteón", sus ritmos, sus bailes y sus trances, todos estos aspectos de las acciones y el pensamiento de los Gnawa son objetos de ambigüedad. Veremos que el examen de estos diferentes campos de actividad revela que los Gnawa juegan con ambigüedad de una manera sistémica y multinivel: musical, coreológica, poética y simbólica.
Una hermandad híbrida que ha perpetuado el recuerdo de sus raíces subsaharianas y ha asimilado las influencias místicas y políticas de su sociedad de exilio, los Gnawa, negros pero también mestizos y blancos, lo han convertido en un arte para reconciliar las imaginaciones. potencialmente conflictivo en la sociedad marroquí. Paradójicamente, deben cultivar el esoterismo y la extrañeza para mantener su legitimidad como expertos en lo invisible.